- "¿Qué habéis hecho hoy en la escuela?", le preguntó un padre a su hijo.
- Hemos tenido clases sobre el sexo; le respondió el muchacho.
- ¡¡¿Clases sobre el sexo?!! ¿Y qué os han dicho?
- Bueno, primero vino un cura y nos dijo por qué no debíamos. Luego, un médico nos dijo cómo no debíamos. Por último, el director nos hablo de dónde no debíamos".
En "La Oración de la Rana"
Anthony DE MELLO, Tomo 2. Editorial: Sal Terrae, Bilbao. 1988

La educación, cualquiera ésta sea, debe idealmente, comenzar en el hogar, y en forma especial, la educación sexual. Es importante para los niños, encontrarse con quien puedan preguntar con confianza, aclarar todas su dudas. De no ser así, el menor comenzará a indagar por su propia cuenta, encontrando muchas veces, información errónea, no precisa, o simplemente no encontrar la respuesta a aquello que tanto los inquieta.
Hoy por hoy, en pleno Siglo XXI, la información llega al menor antes que ellos puedan siquiera pensar en buscarla, ya sea por comentarios de niños mayores, los famosos pop-up, ventanas que emergen desde cualquier página de Internet, sin discriminar si es para niños o no, en la televisión, avisos comerciales en los diarios, etc., es decir, dicha información lo sobrepasará como un golpe de ideas no claras, exceso de información, que si no son capaces de aclarar, los llevará a cometer errores, como por ejemplo, a iniciar una vida sexual prematura e irresponsable.
Es por esto que, en mi opinión, obviar la temprana iniciación sexual de nuestros niños no es la solución, sin embargo, hay quienes creen que entregar información a niños de básica, incentiva dicha iniciación, y por sobre todo, la promiscuidad.
Debemos ser capaces de enfrentar a nuestros niños acorde a su edad. Por ejemplo, un niño a los, aproximadamente, cinco o seis años, siente la curiosidad de saber como llegó hasta sus padres, quienes comenten el grave error de contar la historia sobre la cigüeña, muy por el contrario, sin entrar a profundizar, la forma correcta de responderles, es decirles que, cuando un hombre y una mujer, deciden tener una familia, se unen, quedando la madre en espera de un bebé, el cual criará en su “guatita”, hasta que esté listo para nacer, todo esto, sin entrar en como tener relaciones sexuales, ya que el menor puede estar en capacidades para afrontar dicha información, casi a los ocho o nueve años cuando siente curiosidad por su aparato reproductivo.
Por otra parte, los establecimientos educaciones, deben encontrarse capacitados para dictar charlas, cursos, grupos de orientación sexual para niños de básica, y todo esto, en forma regular durante el año escolar, así como también el Profesor de educación básica, para responder pedagógicamente las inquietudes de los niños, y no lo que ellos consideren correcto por experiencia personal.
Tenemos que asumir que, a pesar de nuestra negativa hacia los menores, decirles que no es correcto tener relaciones siendo niños, éste será quien finalmente tomará la decisión, correcta o no, por lo cual no nos queda más que bien orientarlo, informarlo y darles la cabida y confianza para que no queden desprotegidos si llegan a cometer un error.
Finalmente, un menor mal informado, es un próximo adolescente desorientado, a quien por cierto, descalificaremos como libertino e irresponsable, y un futuro adulto que debió asumir responsabilidades tempranamente, por lo tanto, ¿Cómo podemos culparlos por aquella educación que nosotros mismos le entregamos?
Isi Waiz Manacá.
Es por esto que, en mi opinión, obviar la temprana iniciación sexual de nuestros niños no es la solución, sin embargo, hay quienes creen que entregar información a niños de básica, incentiva dicha iniciación, y por sobre todo, la promiscuidad.
Debemos ser capaces de enfrentar a nuestros niños acorde a su edad. Por ejemplo, un niño a los, aproximadamente, cinco o seis años, siente la curiosidad de saber como llegó hasta sus padres, quienes comenten el grave error de contar la historia sobre la cigüeña, muy por el contrario, sin entrar a profundizar, la forma correcta de responderles, es decirles que, cuando un hombre y una mujer, deciden tener una familia, se unen, quedando la madre en espera de un bebé, el cual criará en su “guatita”, hasta que esté listo para nacer, todo esto, sin entrar en como tener relaciones sexuales, ya que el menor puede estar en capacidades para afrontar dicha información, casi a los ocho o nueve años cuando siente curiosidad por su aparato reproductivo.
Por otra parte, los establecimientos educaciones, deben encontrarse capacitados para dictar charlas, cursos, grupos de orientación sexual para niños de básica, y todo esto, en forma regular durante el año escolar, así como también el Profesor de educación básica, para responder pedagógicamente las inquietudes de los niños, y no lo que ellos consideren correcto por experiencia personal.
Tenemos que asumir que, a pesar de nuestra negativa hacia los menores, decirles que no es correcto tener relaciones siendo niños, éste será quien finalmente tomará la decisión, correcta o no, por lo cual no nos queda más que bien orientarlo, informarlo y darles la cabida y confianza para que no queden desprotegidos si llegan a cometer un error.
Finalmente, un menor mal informado, es un próximo adolescente desorientado, a quien por cierto, descalificaremos como libertino e irresponsable, y un futuro adulto que debió asumir responsabilidades tempranamente, por lo tanto, ¿Cómo podemos culparlos por aquella educación que nosotros mismos le entregamos?
Isi Waiz Manacá.
Estudiante Primer año, Pedagogía en Educación General Básica, UA.